La nueva fachada de EADA está formada por dos pieles, en primer lugar, un paramento continuo de vidrio, en segundo lugar, cientos de lamas cromadas adquiriendo el conjunto buenas prestaciones térmicas y acústicas, además de generar una fisonomía viva y cambiante a lo largo del día, en dependencia de la incidencia cambiante del sol/luz. Las lamas, de 4 tonalidades distintas, reflejan efectos de luz y color que dotan de un resultado singular y armónico a toda la superficie de fachada que empatiza con su entorno.



